viernes, 4 de marzo de 2011

Montevideo de Pocos


Jueves, 27 de Mayo de 2010

En la pasada jornada de domingo, en la feria del Parque Rodó, varios artesanos sufrieron la represión policial acabando con sus cuerpos en comisarías por varias horas hasta "pasar a juez". Todo comenzó cuando un inspector de la Intendencia Municipal de Montevideo le exigió a un artesano ver el Permiso Provisorio (el cual lo habilita legalmente a exponer en dicho espacio) a lo cual éste pidió ver su identificación (hecho obligatorio para llevar a cabo el procedimiento). El inspector se negó a hacerlo. Acto seguido, arrinconó e insultó al trabajador quien le dijo que lo estaba filmando. Esto enfureció de sobremanera al funcionario y pasó de la mala gana a la brutalidad. Los policías que les acompañan, supuestamente tan solo para salvaguardar la integridad física de los inspectores, decidieron sumarse a la acción golpeando y apresando al trabajador insolente que exigió simplemente que se cumpliese lo que debe cumplirse y a un par más de artesanos que se negaron mirar para el otro lado (como solemos hacer por estos lares).
A los minutos una artesana compañera de uno de los detenidos fue hasta la comisaría para averiguar en carácter de qué se encontraban detenidos... los policías se preguntaban unos a otros y como no sabían qué respuesta darle, decidieron que lo mejor era detenerla a ella también, pues cualquiera que tenga valor y se anime a cuestionar una acción policial es por lo menos un agente peligroso que debe ser detenido bajo sospecha, "después veremos si les podemos meter alguna causa".
No es la primera vez que alguien es detenido de maneras tan irregulares, y lo digo en plural porque cada una de las personas fue detenida por causas diferentes. Pero que no sea la primera vez no quiere decir que debamos hacer de cuenta que no ha pasado nada. Una injusticia no deja de serlo por más que se vuelva costumbre.
Cada año que pasa varios trabajadores son detenidos, asaltados y golpeados por buscarse el sostén económico que todos precisamos. No estamos hablando siquiera de represiones sufridas durante protestas, simplemente en días comunes de trabajo. En esta amenaza constante se encuentran los recicladores, quienes el año pasado lograron, mediante la agitación y autoorganización, detener las requisas (léase rapiña a mano armada) de los carros que indiscriminadamente los Inspectores de la Intendencia venían haciendo. Los vendedores ambulantes en general, ya sea que vendan comida, artesanías, bagayo, etc., sobretodo aquellos que son más pobre y que por ende no tienen ni el dinero ni la voluntad indigna de pagar coimas a los Inspectores, son constantemente amenazados, agredidos y perseguidos por los cuerpos armados de la Intendencia, que como si fuera una broma de mal gusto se jacta en tener un eslogan (Montevideo de todos) que no deja de ser simplemente eso, un eslogan.

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